Conflicto (El 5 del cerebro)
Cuando discuto y, por lo que sea, me enfurezco y levanto la voz, no dejo hablar al otro, provoco una disputa. Me siento en desventaja y tratado con injusticia y no soy capaz de defender mi punto de vista. Estoy enojado, me aparto y engendro rencor. Surgen la obstinación y los malos modos. Discordia. Reinan el desacuerdo y el mal humor. Si el vicio de ganar domina mis pensamientos y actos, fácilmente surgen disputas con mis semejantes. Disputa es la expresión de la carencia de confianza en mí mismo y del deseo incumplido de amor y aprecio. Me tomo el tiempo de averiguar la causa del conflicto y decido si estoy listo a concertar un acuerdo. Termino la discusión, me siento mejor y tengo energía para cosas que me dan alegría. Los problemas se resuelven mejor sin pelear. Enfrento las situaciones de mi vida.
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