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La entereza
Sin perseverancia me ahogaría solo en el océano grande y vasto. El mar me devoraría y nada quedaría de mi. Pero el vigor de mi cuerpo y el afán tranquilo y constante de alcanzar mi término aseguran mi supervivencia. El rasgo esencial de mi naturaleza es mi perseverancia de seguir luchando aún cuando la perspectiva de vencer es nula. Valoro igual la paciencia con la que aumento mi condición y fomento mi fuerza física, que la sensibilidad que tengo para comprender mi cuerpo. No me estreso con el afán de incrementar mi buena forma, sino que administro mis fuerzas con sensibilidad y amor. Así consigo mucho más. Siempre estoy pendiente de mi condición física y espiritual y no dejo que expectativas desorbitadas y pretensiones me alejan de mi esencia. Me acepto y me amo tal como soy en este momento. La aspiración de mejorar mi forma y constitución es sana pero mi autoestima no depende de ello. Siempre que me encuentro a gusto en mi cuerpo estoy en perfecta condición. Solo yo puedo valorar lo que es bueno o nocivo para mi.
Cuido de mi cuerpo!
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